Enero 2008:
El salón de danza está rodeado de ventanales por los que entra la luz matinal y se ven los árboles cubanos de raíces grandes. El maestro Yoerlis nos marca una vez una secuencia que parece de técnica Graham y la hacemos con la percusión en vivo. El músico acompañante empieza a cantar en yoruba y me emociono. Vendí rifas durante dos años para poder venir a La Habana a hacer este curso de verano.
Enero 2008:
Llegan 191 músicos para la realización de «Musicircus». Se instalan en sus lugares, el público ocupa todo el espacio. Tomo la claqueta, la sostengo con los brazos en alto, doy un golpe certero y empieza el caos.
Enero 2008:
Estoy de campamento familiar a orillas del lago Nahuel Huapi. Es de noche y estamos con mi primo en un bote mirando el reflejo de las estrellas en la superficie del agua. «También hay estrellas abajo» me dice y me maravillo. Pienso que no quiero estudiar nada concreto y determinado. Decido que voy a estudiar Filosofía.
Febrero 2008:
Conozco en una cita a ciegas a Gerardo. Una amiga en común había cruzado nuestros teléfonos, pero no nos conocíamos ni sabíamos nada uno del otro. Salimos a tomar algo y amor total.
Febrero 2008:
Inicio la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Voy a la universidad un tanto indecisa y también contenta, me hago infinidad de preguntas: «¿Cómo serán mis compañeros?», «¿Cómo serán las clases?», «¿La biblioteca será muy grande?» Observo la ruta del autobús mientras estoy escuchando Coldplay.
Marzo 2008:
Entro a un colegio nuevo el primer año de secundaria. Me apodan «la villera».
Marzo 2008:
Estoy en el aeropuerto de Ezeiza a punto de viajar sola a Madrid. Voy a estar tres meses en Europa en mi primer viaje sola, y mientras atravieso el pasillo que lleva al avión, me pregunto por qué estoy saliendo tanto de mi zona de confort.
Marzo 2008:
Nace mi hijo menor.
Marzo 2008:
En el colegio evito a todos, no quiero a nadie cerca, pero ella se aproxima a mí, alegre y contenta, para preguntarme mi nombre. Yo sospecho.
Abril 2008:
Tomo el primer vuelo que encuentro. Dicen que pregunta por mí. Pero no llego a tiempo. Muere mi única hermana. Nos habíamos prometido envejecer juntas.
Mayo 2008:
Le cuento a mi mamá que decidí irme a vivir sola. No me habla por una semana. Me pregunta qué hizo mal.
Mayo 2008:
Paseo sola por la habitación de hospital con Emiliano recién nacido. Le canto y murmuro. Cada paso y cada nota de la melodía encienden lucecitas de amor.
Junio 2008:
Regreso a la ciudad, pero no me logro adaptar. Los espacios son reducidos, hay tránsito a todas horas y la gente no tiene tiempo para apreciar las pequeñas cosas. Siento nostalgia del puerto de mi infancia.
Junio 2008:
Juro como abogada, me imagino grandes cambios en mi vida, pero nada cambia.
Julio 2008:
Es pleno invierno pero transpiro como si fuera enero. Mis rulos desaparecieron y mi piel «de doncella» emana fuego. Suena el rock y allí están ellos: cada pieza del rompecabezas de mi vida sonriendo. Soy Cenicienta. Después, vuelvo a ser calabaza.
Julio 2008:
Miro por la ventana, escucho murmullos, voces. El profesor explica algo sobre cómo dibujar sombras en un plano. Algo dentro de mí me dice que este no es mi camino, esto no me hace feliz. Me levanto y comienzo a caminar sin mirar atrás.
Agosto 2008:
Empiezo a estudiar teatro. Pongo todas las esperanzas de mi vida en esta empresa. Me siento feliz.
Agosto 2008:
Salimos de viaje mochilero mi mejor amiga y yo. Tomamos un autobús y a una hora de llegar hacemos una parada. Encontramos a un niño de ocho años con la mirada triste. Mi amiga le pregunta y en lágrimas nos responde que su tío lo había abandonado, que se quedó dormido en el bus y el conductor lo despertó al final del recorrido. No tenía dinero, le compramos un pasaje de vuelta.
Agosto 2008:
Martín nace después de 26 horas. Puje, puja, pujo. Me desmayo. Cuando ponen a mi hijo en mi pecho grito como loca de alegría. Parir es un acto animal y valiente.
Agosto 2008:
Entre las piernas de mi compañera asoma la cabeza mojada de Gabriel, mi primer hijo. Hace calor. Entiendo que yo, que creía saber tanto del amor, era un ignorante.
Agosto 2008:
Fin de fiesta de cumpleaños. Mis sobrinas siguen bailando en el salón ya sin otros niños. Los adultos alrededor, encantados, bailamos también.
Septiembre 2008:
Voy en el bus. Estoy muy nervioso. Me puse mucho perfume. Me estoy arrepintiendo, es difícil respirar. Voy hacia una calle de mala muerte a dónde van solo borrachos y prostitutas.
Septiembre 2008:
Quedo seleccionada como actriz en una película después de mi divorcio y me doy cuenta de que esto es lo que quiero hacer. Esto me hace sanar heridas y aumentar mi autoestima. Quiero luchar por mis tres hijos.
Octubre 2008:
Vivimos en París. No tengo trabajo y me dedico a lo que antes ocupaba mi tiempo libre, mi otra pasión: el arte. Organizo mi primer atelier y encuentro en ese espacio de colores, telas y olor a pintura la verdadera placenta en la que quiero resguardarme.
Octubre 2008:
El furgón con el que trabaja mi papá vuelca. Casi lo perdemos. Mi mamá, mi hermana de dos meses y yo, con 11 años. Dios es fiel.
Octubre 2008:
Estamos buscando una casa nueva en Oriente de Santiago. Nos dan un dato y vamos a ver la casa. Entro y me gusta desde la puerta. Camino por las piezas y siento que ya es mía. No lo dudo, tiene que ser mi hogar. Rápido vamos al banco y entrego la garantía. Es la casa que quiero, no es necesario seguir mirando nada más.
Noviembre 2008:
Muere mi mejor amigo en un accidente.