Octubre 1970:
La abuelita María nos sube a mi hermano y a mí al mesón de la cocina a darnos de comer. Me canta siempre: «Muñequita linda, de cabellos de oro, de dientes de perla, labios de rubí...» Mayo 1973:
Acompaño a mi mamá muy temprano a comprar pan. Está oscuro y debemos hacer una fila enorme. Cuando toca nuestro turno las señoras que atienden sacan el pan con las manos de unos cajones de madera grandes a sus espaldas y venden sólo un kilo. Estoy cansada de estar de pie y quiero que me lleven en brazos. Septiembre 1973:
Desde nuestro departamento del piso 22 se oyen chiflidos, bombazos y muchos aviones. Hay humo y pican los ojos. Mi hermano y yo nos asomamos a la ventana y mis papás nos tiran al suelo. Alcanzamos a ver que todo es humo negro y entre gris y sepia. Una bala pasa cerca de nuestra ventana. Marzo 1974:
Llego a mi colegio: el Saint George. ¡Es gigante! El patio de pre-kinder es de tierra con algunas estructuras de piedra para jugar y saltar. La Miss Blanca nos recibe con mucho cariño. Abril 1979:
Estamos en San Salvador. Empiezan de nuevo las bombas y balazos desde el edificio sindical que hay al otro lado de la calle. Debemos salir al terminal de buses agazapados en un taxi porque estalla la guerra civil. Abril 1981:
Vamos en auto de vacaciones por la sierra de Michoacán. A las 23.30 un grito de mi mamá alerta de que el auto se vuelca. Caemos unos 40 metros. Salgo con mi hermano y subimos el cerro en busca de ayuda. Un buen hombre nos lleva al hospital de Nueva Italia donde muere mi hermana. Agosto 1987:
Inicio mis estudios en Ciencias de la Comunicación y empiezo mis entrenamientos de artes marciales. Vivo con mi papá y su esposa en un cerro de Atizapán donde la casa es una cabaña pequeña. Vive con nosotros José, un doberman mestizo, hiperkinético y de muy buenos sentimientos. Enero 1996:
Nace mi hija tras ocho meses muy intensos. Viene con un aura mas grande que el universo. Diciembre 2011:
Al abuelo le dicen que el tumor que tenía en el estómago desapareció y a mi hija le dan el alta de la clínica donde la tratan desde hace tres años. La Navidad este año tiene más sentido que nunca. Diciembre 2016:
La Navidad toca en casa con mi hija, mamá, Opa (¡que ya tiene 96.5 años!), tíos, primos, Joe el cocker y Weftun la gatita.
Celebramos que mi hija terminó con éxito su primer año de universidad y que mi primo se casará el próximo año. Es una Navidad diferente y muy especial. Nos hacemos regalos caseros hechos con mucho cariño. Me siento inmensamente agradecida.