Enero 1974:
Llovizna, hace frío y está oscuro. Estamos en las oficinas de ACNUR, hay personas amables, nos van a llevar al aeropuerto. Estoy con mi madre y mi hermana menor. Hace mucho tiempo que no voy a casa. El auto es blanco. Vamos a Buenos Aires, mi madre nos cuenta lo lindo que será y yo pienso en que tal vez mi papá esté allá, pero no pregunto. Junio 1980:
Llego a casa más tarde de lo permitido y tengo una discusión con mi padrastro y mi madre. Él me dice que me vaya, así que tomo una camisa y ropa interior, y lo hago. Duermo en las escaleras del metro esperando la mañana. Llamo a unos amigos para ver si me pueden recibir. Me aceptan y me voy caminando a su departamento. Marzo 1985:
En Santiago me detienen en una marcha y me suben a un furgón. Estamos muy apretados. Un joven de mi edad se come entera una revista de oposición a la dictadura. No sabemos donde estamos, nadie habla, un chiquillo con uniforme escolar silba la Internacional. Ya es de noche cuando nos bajan y nos gritan: «miren al suelo o los vamos a degollar a todos». Julio 1999:
Voy al cine con Martín, mi hijo mayor. Tiene cuatro años así que, sin consultarle, vemos una película de dibujos animados. A la salida lo veo mirando el cartel de otra y le pregunto si la quiere ver. Le brillan los ojos y entramos a la segunda. Está tan feliz que da risa. Julio 2003:
Visito a mi abuela Sara en el hospital, se está muriendo. La sala esta llena de enfermos. Me siento a su lado y le pregunto por su infancia en Esmirna, por el viaje en barco a América, por su vida en Chile, su matrimonio y su experiencia en el desierto de Atacama. Me cuenta muchas historias, contesta todas mis preguntas, se cansa. Termina la hora de visita. Mayo 2005:
Estoy sola con mis hijos desde que dejé a su padre. Nuestro hogar es bonito, no tenemos muchos muebles. Bailamos «London Calling» saltando por toda la casa, pedimos una pizza y nos vamos los tres a mi cama a ver películas. Los niños discuten sobre qué vamos a ver primero. Catalina elige, es la menor. Martín se enoja y se va, pero luego vuelve. Se duermen y yo los miro. Junio 2008:
Juro como abogada, me imagino grandes cambios en mi vida, pero nada cambia. Enero 2013:
Con Rodrigo, por primera vez en mi vida, encuentro amor, respeto y complicidad en una pareja. Diciembre 2014:
Mi hija me comunica que se va de casa para vivir en la población en la que hace trabajo social voluntario. Tiene 16 años. Se acuesta a mi lado y duerme conmigo como cuando era chiquita. Me paso toda la noche llorando, acariciándola y mirándola dormir. Mayo 2016:
La casa esta llena de cajas, es chica, todo es pequeño, todo está lejos, ningún lujo más, rompí las tarjetas de crédito, espero ser feliz.