Enero 1985:
Todavía tengo el traje de baño puesto y estoy llena de arena y sal. Mi papá y mi mamá me cuentan que los Reyes Magos son los padres, pero que si uno cree, es como si existieran. Entonces preparamos un recipiente con agua y un poco de pasto para que cuando lleguen los camellos tengan algo que comer. Abril 1989:
Estoy en sexto grado y después del recreo encuentro en mi pupitre una carta de amor escrita por un compañero. No entiendo nada de lo que está pasando. Agosto 1995:
Me voy un tiempo a EE.UU. Mientras merendamos en el jardín, mi papá me explica cómo funciona el aeropuerto. Después de hacer el «check in» y dejar el equipaje, tengo que pasar por un control de seguridad y luego por migraciones. Es muy importante que ubique la puerta por la que sale el avión y que no me aleje mucho. Yo anoto todo en una libreta. Marzo 1996:
Tengo una columna de espectáculos en una radio evangelista que queda en Floresta, un barrio de Buenos Aires. Sorteamos una pelota y cuando el ganador la viene a buscar, nos trata como si fuéramos famosos. Julio 1998:
Viajo sola de mochilera por Europa con un pase libre de tren. Hay semanas en las que paso la mayor parte del tiempo en vagones. A veces me parece que lo más seguro es estar en tránsito. Noviembre 2005:
Me tomo otro avión y me voy a Berlín. Me acabo de separar. Todos los días creo ver a mi ex por la calle. Yo nunca me sentí así. Octubre 2009:
En Shanghái, a la noche, encienden miles de luces y siento una excitación como la que deben experimentar los bichos que revolotean alrededor de los tubos fluorescentes. Enero 2015:
Se muere mi abuela. Hace cinco años que no para de morirse todo el mundo. Me siento una experta en salas de espera, charlas con médicos, pastilleros y andadores. Junio 2015:
Vuelvo de Berlín y un chico, con el que apenas había salido dos veces, me viene a buscar al aeropuerto de Buenos Aires con una valija y un café. En la valija tiene su ropa y manjares para hacer un desayuno. Su plan es venirse a vivir a casa y yo lo dejo. Septiembre 2016:
La mejor amiga de mi novio se suicida en casa de mi suegra. Se ahoga con monóxido de carbono. Deja carteles, cartas, instrucciones. La policía científica me pide que sea testigo de las pericias en el cuerpo y en la escena del crimen. Me obligan a ver.