Junio 1999:
De vacaciones, estoy corriendo en la playa y jugando en la blanca arena bajo el sol con mi hermano como único compañero y cómplice. Abril 2000:
Mis papás me llevan por primera vez a una Feria del Libro en el Centro Nacional de las Artes. Es un edificio colorido y amplio. No me puedo decidir por un libro y mi papá me compra todos. Mi mamá se molesta. Agosto 2001:
En el colegio hay un concurso del día del abuelo y le propongo a mi abuela hacer juntas un postre, pero ella me propone hacer mole de olla. Cuando llego a la escuela, todos los niños llevan postres y nosotras somos el único platillo salado. Ganamos el primer premio. Una semana después, mi mamá comenta que no le conoce un solo postre a mi abuela. Junio 2004:
Me mudo de Ciudad de México a Puerto de Veracruz. Estoy emocionada por el gran cambio. Me resulta difícil adaptarme, hace mucho calor y yo soy muy joven, pero veo el mar desde mi ventana y disfruto recorriendo el barrio en bicicleta. Siento gran libertad. Junio 2008:
Regreso a la ciudad, pero no me logro adaptar. Los espacios son reducidos, hay tránsito a todas horas y la gente no tiene tiempo para apreciar las pequeñas cosas. Siento nostalgia del puerto de mi infancia. Julio 2011:
Hoy van a publicar los resultados de ingreso a la escuela superior y me levanto calmada. Parece que nadie ha acreditado, mis padres me apoyan incondicionalmente. Incertidumbre total. No carga el sitio web. Soy aceptada. Agosto 2014:
Es mi primer día en la universidad de arquitectura. Me quedo dormida y llego hasta la entrada de rectoría. El sol del amanecer ilumina el campus por completo dándome la bienvenida a una nueva etapa de mi vida. Reflexiono sobre la profesión que desconozco por completo. Octubre 2016:
Movida por la curiosidad, descubro un laboratorio de investigaciones en la arquitectura. Es más de lo que creí que mi profesión pudiera abarcar. Junio 2017:
Llego a provincia a un proyecto de verano. Construimos para la comunidad con adobe y carrizo. No es solo hacer un proyecto social, es crear distintos vínculos de interés en la arquitectura. Agosto 2017:
Me despiertan las luces del avión. Estoy cansada. Dormitando pensé llegar a mi hogar, pero tomo conciencia y me doy cuenta de que estoy en Buenos Aires, como destino de intercambio académico anual. Consigo llegar a la residencia después de andar unas horas perdida por la ciudad, sin moneda nacional y con equipaje pesado. Estoy impaciente por iniciar mi nueva aventura.