Marzo 1956:
Dos semanas después después de empezar el primer grado, mi mamá se pelea con la maestra de la escuela. Se agarran de los pelos, los chicos se arremolinan alrededor y yo siento vergüenza. Decide enseñarme ella misma y no me manda más a la escuela. Julio 1957:
Hablo con mi mamá, le digo que me siento muy angustiada. Escucho su respuesta: «¿Cómo?, ¿con todo lo que hacemos papá y yo para que vos estés bien?» Se lo vuelvo a decir al día siguiente y recibo la misma respuesta. Decido no hablarle más de mi angustia. Mayo 1958:
Junto plata para comprarme una muñeca que lleva mi nombre y camina. La deseo mucho. Mi mamá me dice: «¿Para qué te la vas a comprar si total se te va a romper?» No me la compro. Agosto 1959:
Me doy cuenta de que mi mamá es falsa, mentirosa, dice muchas estupideces y me atrapa poniéndome en la posición de víctima y me deja sin herramientas para sociabilizarme. Le pierdo la confianza. Diciembre 1961:
Llevo un año viviendo con mis tíos en Buenos Aires para terminar la escuela primaria. Apruebo el examen final y me estoy por volver al Delta. Escucho una conversación: «¿Qué va a hacer una chica hoy que terminó la primaria, tejer calceta en su casa?», siento que me cae un balde de agua fría, pienso que no quiero volver a casa. Les pido a mis padres estudiar, me lo conceden y se vienen a vivir conmigo a Buenos Aires. Enero 1970:
Me niego a vivir en casa de mis suegros. Mi novio y yo nos compramos un departamento. Julio 1973:
Me recibo de médica veterinaria. Septiembre 1978:
Empiezo a hacer terapia y por primera vez experimento cómo es sentirse bien. Soy consciente de las muchas cosas que me perjudican de mi entorno familiar. No duermo. Lloro durante toda una semana. Me doy cuenta de que puedo resolver mi angustia. Septiembre 1986:
Nos divorciamos de común acuerdo, pero mi ex no se va de casa. Dice que se tiene que hacer antes un porvenir. Regalo la cama y cuando vuelve se prepara un bolsito y se va. Esa noche duermo en el suelo, pero sin él. Noviembre 2005:
Habiendo decidido cambiar de carrera, me recibo de profesora de italiano. Soy feliz.